Juan Antonio ha visto cómo la factura de la luz de su restaurante de Madrid se ha más que duplicado desde el año pasado, y lo que antes era una línea más en su hoja de gastos ha pasado a ser uno de los pilares que condiciona su negocio.

Ahora paga alrededor de 2.000 euros al mes por la electricidad, y aunque se ha cambiado tres veces de compañía en los últimos seis meses, no ve manera de parar la subida, a la que se suma el encarecimiento de los alimentos y la devolución de un crédito ICO que contrató para salvar el negocio en la pandemia.

Las pymes y los autónomos de España soportan desde hace un año unos precios de la luz desorbitados que complican la viabilidad de los negocios, y en muchos casos tienen que hacer frente a facturas que multiplican por dos y tres veces la electricidad y el gas que pagaban hace un año.

Eduardo Abad, presidente de la Unión Profesional de Trabajadores Autónomos (UPTA), afirma que para los pequeños negocios la factura energética ha pasado a suponer el 30% de sus gastos fijos, hasta el punto de que las facturas compiten ahora con el coste del alquiler del local. Esta situación ha llevado al cierre de 15.000 comercios en lo que va de año.

El malestar de los pequeños empresarios ha ido a más en los últimos meses, especialmente en verano, cuando la subida brutal del precio del gas natural en el mercado internacional disparó los recibos de luz y gas en los negocios. En el caso de Juan Antonio, él cerró su local dos semanas en agosto por vacaciones y solo dejó encendidas las cámaras frigoríficas, pero aun así pagó 2.200 euros de luz en un local con dos salas, y el mes anterior gastó en luz casi 3.000 con el negocio a pleno rendimiento.

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